¿Sabías que el edificio que actualmente alberga nuestro Bulevar comercial tiene casi 88 años y fue creado para albergar una fábrica de neumáticos? De ahí su toque vintage e industrial, que nos trae tanta nostalgia. ¿No te parece increíble?
Nuestro Bulevar Altamira se ubica en el Paseo de Julio Hauzeur, que se llama así en honor a un ingeniero belga que a mediados del siglo XIX llegó a nuestra ciudad y descubrió en Reocín el primer yacimiento de zinc y Plomo de Europa, una mina que encerraba en sus entrañas nada menos que 70.000 toneladas de mineral.
Estos fueron los inicios de unos prósperos años en la comarca durante los que dio trabajo en la Real Compañía Asturiana de Minas (después AZSA) a miles de obreros de la zona, hasta su reciente extinción.
En este mismo espacio estuvo la Fábrica Autogomas, que pasó a ser la Continental. Posteriormente estuvo la General en los años 50 y finalmente Firestone, que terminó trasladándose a su ubicación final en el municipio vecino de Puente San Miguel.
Al comenzar el siglo XX, otros dos industriales también de origen belga, los hermanos Alfredo y Ernesto Solvay eligen unos terrenos del barrio de Barreda como centro de operaciones de su fábrica de sosa cáustica y bicarbonato sódico, pensando en la cercanía de los pozos de sal de Polanco y las canteras de Cuchía.
Una vez que Torrelavega se ponía a la bandera del sector industrial gracias a estos inversores fueron surgiendo otras grandes empresas, alguna tan importante en el sector de la automoción como la multinacional alemana Continental (año 1935) que se fundó en el edificio que hoy en día alberga el Bulevar Altamira, tras crearse inicialmente para la fábrica Autogomas.
Tras la segunda guerra mundial, a los alemanes como todo el mundo sabe no les fue bien y los americanos se implantaron en ese mismo edificio con su fábrica la General en el año 1952, que en el año 1965 pasó a ser la Firestone, fábrica japonesa que en 1969 registró un récord de producción: nada menos que fabricar y comercializar un millón de cubiertas anuales con una plantilla de 1.600 trabajadores.
En la década de los 60 se plantea que con las instalaciones de Julio Hauzeur no es suficiente para satisfacer toda su demanda, y por ello Firestone se traslada a su ubicación en Puente San Miguel.
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